Fuente de las Nereidas  
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Fuente de las Nereidas - Lola Mora

Fuente de las Nereidas. 1903. Buenos Aires.

O
bra más importante de Lola Mora, fue inaugurada el 21 de Mayo de 1903. Realizada en mármol de Carrara y Travertino, la nacarada belleza de Venus nace de la fecundidad del mar y sirve de vértice al triángulo que determinan a sus pies las hijas de Nereo, que la sostienen.
La fuente está compuesta por cuatro grupos escultóricos: Primero en lo alto (Venus) y tres en la base (Las Nereidas, los Tritones y los caballos).
Dotada de plenitud estética innegable, esta monumental obra resalta por su potencia volumétrica, que aparece singular y única con sus aproximadamente 12 toneladas de peso.

Estilo y tema de la obra

Esta escultura es de un estilo neoclasicista romántico, muy en sintonía con las pinturas de Eugène Delacroix, por ejemplo. Este parentesco se ve con más claridad en otras obras de la autora, como en las alegorías. En la historia del arte casi siempre se trata de renacimientos o revivals, digamos.

El Nacimiento de Venus es un tema mitológico clásico; el género mitológico, o histórico, estaba muy en boga en esa época. En este sentido, Lola Mora permaneció fiel a su formación académica y optó por seguir lo expresado por diversos tratados de la época, como el de Lomazzo, que sugería que las fuentes exigen historias de los amores de los dioses. Las ninfas en las fuentes, por su parte, vienen a representar el espíritu elemental del agua y son un rasgo distintivo de la escultura italiana.

Un elemento característico del momento es el eje helicoidal o “serpentinata” de las figuras, que se ve muy claramente en las sirenas, también en Venus y en menor medida en los hombres (Tritones). Asimismo, la figura de la concha marina se usaba mucho, sobre todo desde el Barroco rococó. La misma palabra "rococó"  viene de rocaille, unos caracolitos que servían para decorar. También aquí hay un renacimiento, una vuelta a lo clásico.

Características de la escena
La escena de la Fuente de las Nereidas es ficticia, teatral, es una puesta en escena, propia de la herencia barroca. Es una situación casi imposible de llevar a cabo si estas figuras fuesen reales: las sirenas no podrían sostener a la mujer que está en el borde de la valva prácticamente cayéndose; los hombres no podrían mantener tal postura frente a los caballos encabritados, etc.

La composición es céntrica, es decir que la fuerza, los vectores, parten del centro hacia el exterior; lo principal es el bloque del cual nace Venus y a partir de éste se organiza el esquema total del monumento. Sabemos que este centro es el elemento principal por varias razones:

1. El nombre de la escultura, es decir, el tema.
2. La altura, el tamaño.
3. La complejidad del bloque y su autonomía. Con complejidad se hace referencia  a que aquí se concentra la mayor cantidad de elementos; el tratamiento del material es irregular: la suavidad y redondez de Venus, la rugosidad y peso visual de las rocas, las sirenas.

También se puede agregar sobre esto la convergencia de vectores y centros de interés propios. Las rocas y las sirenas parecen elevarse, hay un eje vertical ascendente que se encuentra con la ostra que irradia una fuerza horizontal, hacia todas direcciones, luego Venus, a través de su mirada, genera una fuerza vertical descendente.

El surgimiento de Venus emerge con una fuerza arquitectónica pero, al revés que un edificio, esta pieza se encuentra atraída hacia la tierra. Sin embargo, Venus parece flotar. Esto se debe al tamaño y peso visual asignado a las rocas que hacen de base, y al tamaño que tiene todo el monumento en sí: el aire que existe entre cada grupo de figuras; del mismo modo la forma ayuda a este efecto: Venus luce muy pequeña y frágil frente a la masa de las piedras, a los caballos y a esos tritones tan fuertes. El espectador se encuentra con estos últimos de una manera más cercana físicamente hablando, de manera que el tamaño se percibe de manera más directa.

Por otra parte, aunque la composición de la Fuente de las Nereidas es básicamente céntrica, la fuerza no se distribuye hacia todas partes ya que no todos los caballos miran hacia el exterior. La base de la escultura, las conchas marinas que están en la parte inferior, contienen al grupo de esculturas. El conjunto incorpora el espacio como un elemento más de la composición, el vacío es parte de la obra. Hay un juego entre el bloque y el vacío: bloque en el nacimiento de Venus, vacío en los conjuntos escultóricos de los caballos.

Oposición de elementos

También es posible hacer un análisis basado en la oposición de un elemento dinámico y otro menos dinámico (contraste vs. armonía). Siguiendo a Donis A. Dondis, en esta obra encontramos: inestabilidad-equilibrio, actividad-pasividad, irregularidad-regularidad.

El primer par de opuestos, inestabilidad-equilibrio, es fundamental en esta obra de Lola Mora. Esto se debe a que Venus está sentada al borde de la ostra, podría caerse en cualquier momento; sin embargo todo luce perfectamente equilibrado y ella parece flotar: la mirada de la diosa es imprescindible para lograr el equilibrio, esta fuerza se compensa con la postura de su mano y pie, también hace al equilibrio el tamaño y forma de la conchilla.

Interacción

La interacción de la Fuente de las Nereidas con el espectador se establece de forma indirecta: esto obedece a las dimensiones, la altura, y principalmente porque ninguna de las miradas de los personajes se encuentra con la mirada del público.

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